Escalando Barreras: Susie Barstow y la Pintura de Paisajes

“Un mundo perfecto en la cima de una montaña, el retorno a la edad dorada… El siglo pasado, todo el mundo buscaba ese tipo de cosas, y muchos lo siguen haciendo hoy en día. Pero, como también dije, la vida no es sencilla ni tampoco en blanco y negro.”

Katherine Neville

Dentro de la historia del arte, las contribuciones de las mujeres han sido frecuentemente pasadas por alto, subestimadas o relegadas a las sombras. Esto también es evidente en el campo de la pintura de paisajes del siglo XIX, un género tradicionalmente dominado y definido por hombres.

Sin embargo, esta perspectiva no solo resulta limitante, sino que también omite las historias inspiradoras de mujeres artistas que desafiaron las rígidas convenciones de su época para trazar su propio camino.

Una de estas artistas es Susie M. Barstow, una talentosa, pero poco reconocida pintora estadounidense que floreció a finales del siglo XIX. En este artículo, descubriremos cómo Barstow desafió las barreras de su tiempo y dejó un impacto duradero en el género de la pintura de paisajes, alzando una voz propia dentro de la Escuela del Río Hudson.

Susie Barstow Skelding: Fotografía de Susie M. Barstow en su estudio de Brooklyn (1891) colección Privada.
Susie Barstow Skelding: Fotografía de Susie M. Barstow en su estudio de Brooklyn (1891) colección Privada.

Inicios y formación de Susie Barstow

Susie Barstow nació en Brooklyn, Nueva York, en 1836. Era hija de Samuel Barstow, un conocido comerciante de té de la ciudad, y de Mary Tyler Blossom, descendiente de los pasajeros del Mayflower (el barco que transportó a los primeros peregrinos ingleses a América en 1620.)

Desde joven, Susie demostró interés y talento por la pintura. En 1853 se graduó del Instituto Femenino Rutgers una institución de educación superior para mujeres en Nueva York, y complementó su formación artística con estudios en Europa.

A su regreso, impartió clases en el Instituto de Artes y Ciencias de Brooklyn durante varios años, una de las pocas instituciones que ofrecía formación artística femenina. Allí desarrolló su propio estilo en la pintura de paisajes, destacando por su dedicación al trabajo y su amor por la naturaleza.

En sus notas manuscritas para una conferencia sobre el paisaje estadounidense, Susie Barstow recordó detalles de una visita a las montañas Catskill:

«Cuando era niña visité las montañas Catskill. Tal y como las vimos desde el río en una tarde de verano brumosa, parecían como una nube delicada y onírica que un soplo podría hacer desaparecer. Apenas me atrevía a apartar la vista de ellas, temiendo que pudieran desvanecerse. A medida que nos acercábamos, sus formas se hacían más distintas, pero siempre vaporosas e irreales, pareciendo pertenecer a otro mundo diferente al del río y sus orillas boscosas.»

Susie M. Barstow: Kaaterskill Creek (ca. 1870) óleo sobre lienzo.
Susie M. Barstow: Kaaterskill Creek (ca. 1870) óleo sobre lienzo.

El amor por la escalada y su reflejo en la pintura

Pocas cosas llenaban de tanta dicha a Susie Barstow como pasar largas jornadas trepando montañas y rocas escarpadas. Desde muy joven demostró un espíritu intrépido y una inclinación por los parajes agrestes. Solía recorrer en solitario senderos pedregosos y empinadas laderas, ajena al temor que estas infundían en otras personas.

Este amor por la Naturaleza la llevó a desafiar convenciones. Perteneció al Club de la Montaña de los Apalaches y escaló importantes cumbres en Estados Unidos y Europa. Una compañera de este club, Marian Pychowska, se refería a ella como «Miss Barstow».

Así mismo, un artículo escrito en 1889 afirmaba que dicha «Miss Barstow» había escalado los principales picos de las montañas Catskill, Adirondack y Blancas, así como de los Alpes, Tirol y Selva Negra, caminando a menudo 25 millas al día mientras hacía bocetos, incluso en medio de tormentas de nieve cegadoras.

Susie Barstow cargaba siempre con su equipo de pintura para plasmar el paisaje desde las alturas. Incluso en condiciones extremas, con fuertes nevadas o terreno resbaladizo, escalaba riscos y acantilados con admirable temeridad.

Junto a su amiga Edith Wilkinson Cook, Barstow realizaba largas expediciones de senderismo. Las restrictivas vestimentas femeninas de la época, con faldas largas, corsés y zapatos con tacones, dificultaban las actividades al aire libre. Sin embargo, Susie Barstow desafió las convenciones, acortando sus faldas, reemplazando las enaguas por pantalones y usando botas bien ajustadas. Además, adaptó su chaleco con anillas para sujetar su falda y facilitar la escalada.

Su tenacidad le permitió alcanzar parajes de imponente belleza que muy pocos, hombre o mujeres, se aventuraban a pisar. Este hecho moldeó su técnica pictórica, otorgándole una visión única de las formaciones rocosas, los extensos valles y las cumbres nevadas.

Susie M. Barstow: Paisaje invernal (s.f.) óleo sobre lienzo.
Susie M. Barstow: Paisaje invernal (s.f.) óleo sobre lienzo.

Susie M. Barstow y la Escuela del Río Hudson

Según fuentes de archivo, Susie M. Barstow adoptó la técnica pictórica de la Escuela del Río Hudson, que consistía en realizar bocetos en el lugar para luego elaborar una composición más completa en el estudio. Las fotografías de su estudio en Brooklyn la muestran con pincel y paleta en mano, rodeada de sus obras.

Su estudio, ubicado en Carlton Avenue, destacaba por su exquisita decoración y por una sala trasera repleta de alfombras exóticas. Sus pinceles, conocidos como ‘Lápices de Pelo de Camello’ (aunque realmente eran de pelo de ardilla), eran importados de Austria y los guardaba en una caja personalizada con sus iniciales, SMB.

En cuanto a influencias, el trabajo de Asher B. Durand inspiró sus escenas boscosas de luz suave, comunes en otras mujeres artistas para reflejar la serenidad que encontraban en la naturaleza.

Además, parece haberse inspirado en una técnica de Cole: el uso de ramas rojas brillantes para crear un punto focal en paisajes montañosos. En dos escenas otoñales, la parte izquierda del lienzo destaca por las vibrantes ramas rojas que contrastan con el marrón del resto, tomando como referencia los toques rojos en selvas de Cole. Las obras resultantes retratan el otoño como una estación de cambios, con arbustos encendidos, follaje colorido y tormentas dispersas.

Susie M. Barstow: Cascada de otoño (ca. 1880) óleo sobre lienzo, Colección privada.
Susie M. Barstow: Cascada de otoño (ca. 1880) óleo sobre lienzo, Colección privada.

Una pintora que supo adaptarse a los nuevos tiempos

El siglo XIX fue un período de cambios rápidos y profundos. La Revolución Industrial transformó la economía y la sociedad, mientras que los avances tecnológicos cambiaron la forma en que las personas vivían y trabajaban. En el ámbito artístico, nuevas corrientes como el impresionismo comenzaron a desafiar las convenciones establecidas.

En medio de estos cambios, Susie M. Barstow demostró una notable capacidad para adaptarse y evolucionar. Aunque su formación artística estuvo fuertemente influenciada por la Escuela del Río Hudson, con su énfasis en la representación detallada y realista de la naturaleza, Barstow fue capaz de incorporar nuevas ideas y técnicas en su trabajo.

Uno de los cambios más significativos en la vida de Susie Barstow fue la llegada del ferrocarril, que transformó las posibilidades de viaje. Con el ferrocarril, pudo viajar más lejos y más rápido. Esto no solo amplió su horizonte geográfico, sino que también le permitió experimentar y plasmar una variedad más amplia de paisajes en sus pinturas.

En cuanto a los cambios sociales, Barstow vivió durante una época de creciente concienciación por los derechos de las mujeres. Aunque las oportunidades para las mujeres artistas seguían siendo limitadas, ella se mantuvo firme en su dedicación al arte y continuó produciendo y exhibiendo su trabajo a pesar de las barreras.

Artísticamente, Barstow también demostró una disposición para experimentar y adaptarse. Aunque sus primeras obras reflejan la influencia de la Escuela del Río Hudson, sus pinturas posteriores muestran una mayor libertad en el uso del color y la pincelada, reflejando algunas de las ideas del impresionismo emergente.

Susie M. Barstow: Early October Near Lake Squam (ca. 1886) óleo sobre lienzo, Colección privada.
Susie M. Barstow: Principios de octubre cerca del lago Squam (ca. 1886) óleo sobre lienzo.

La aportación artística de Susie M. Barstow

Susie M. Barstow, una figura de resiliencia e independencia, superó las limitaciones sociales de su época para forjar una extraordinaria carrera artística. Su talento para la pintura de paisajes fue reconocido en importantes exposiciones y elogiado por la crítica, que admiraba sus obras “llenas de poesía y sentimiento”. A pesar de las barreras, logró un modesto pero constante éxito financiero gracias a su habilidad y dedicación.

Barstow no sólo brilló individualmente, sino que también contribuyó colectivamente como una de las fundadoras de la Sociedad de Artistas Americanos Independientes, buscando dar a las mujeres artistas oportunidades equitativas para exhibir y vender su trabajo; un objetivo que ella misma encarnó a lo largo de su carrera.

Su historia es un conmovedor testimonio de la tenacidad del espíritu humano ante la adversidad. En una época donde las mujeres artistas enfrentaban aparentemente infranqueables barreras sociales y culturales, Susie Barstow desafió los prejuicios y demostró que las pintoras del siglo XIX podían triunfar en campos dominados por hombres.

Su legado es un recordatorio del ilimitado potencial del espíritu humano cuando se niega a ser limitado por las percepciones ajenas. La valentía, talento y determinación de Barstow demuestran cómo la creatividad femenina ha florecido históricamente, incluso ante los intentos de reprimirla.

Susie M. Barstow: Lago de montaña en otoño (1873) óleo sobre lienzo, Colección privada via Thomas Cole National Historic Site.
Susie M. Barstow: Lago de montaña en otoño (1873) óleo sobre lienzo, Colección privada via Thomas Cole National Historic Site.

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